Ahora, en esta etapa de grandes cambios por la que estoy pasando (y de la que tendrán más noticias en breve), concluí mi mudanza a un lindo departamentito que conseguí por medio de una amiga. ¡¡No saben lo feliz que estoy ahora que vuelvo a vivir solo!!
Sin embargo, este cambio de casa me iba a dejar unos días sin Internet, durante los cuales ustedes me extrañarían muchísimo y llorarían sin consuelo posible. Me temía, que hasta que volviera a tenerlo instalado ocurriría algún que otro eclipse solar. Y yo no quería tener que pasar por lo mismo.
Esta vez, recomendado por algún amigo y gracias a que la tecnología lo permitía, decidí cambiar de empresa y llamé a Fibertel (Oh, mi Dios), empresa que provee Internet por Cable.
- ¿Y cuánto dice que tardarán en instalarme Internet?
- El martes entre las 8.30 y las 13.00 horas estará el técnico en su casa
- Ya, claro, claro... les espero hasta las 13.01 hs., por si acaso.
Hoy martes a las 12.59 horas (...juraíto, juraíto...) sonó el timbre. Era el chico de Fibertel (Oh, mi Señor). No lo podía creer. Algo tenía que fallar.
- Ah, claro!! Ya sé!! La instalación! - pensaba yo. Seguro que no íbamos a poder acceder a la terraza... no, no, no...mejor todavía... El motor del taladro no iba a girar... Ah, no!! Se iría la electricidad en el momento de conectarlo. O quizás se incendiaría el edificio justo antes de instalar el "Firewall"...
Increíblemente NADA de todo esto ocurrió. Así que a eso de las 14.00 horas ya tenía Internet perfectamente instalado y funcionando correctamente en mi nueva casa.
En Fibertel (Oh, mi Pastor) sí creo.
Javi, El Gaucho Canario
Comentarios a: elgauchocanario@gmail.com
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