sábado, 22 de diciembre de 2007

Gracias, Julio

Si hay un arte al que siempre me costó engancharme ése es, sin lugar a dudas, la danza.

Y no por no haber puesto lo mejor de ti. Recuerdo incluso que mi queridísima amiga Mac me invitó una vez a ver el Ballet Nacional, de Nacho Duato, que se supone que es de lo mejorcito en lo que al mundo del baile clásico se refiere, y fui con toda la ilusión del mundo. Pero no, tampoco me terminó de convencer... el Ballet, digo... ¡porque mi amiga Mac sí que está bastante buena!


Julio Bocca y Eleonora Cassano

Sin embargo lo de esta noche fue realmente hermoso. Se despedía Julio Bocca, uno de los grandes (grandísimos) de la danza y lo hacía en un enclave digno de momentos muy especiales. La Avenida 9 de Julio había sido cortada y se había montado, delante del Obelisco, un enorme escenario que daría cabida a una gran orquesta, a invitados especiales y a Julio Bocca y sus bailarines.

Así fue que durante más de dos horas bajo los compases de seguramente la mejor orquesta que escuché jamás, se fueron sucediendo piezas que iban desde la danza más clásica hasta el tango. A su vez, el gran bailarín iba invitando a un sinfín de amigos que le acompañaron durante todo el espectáculo: Mercedes Sosa, La Mona Jiménez, Sandra Mihanovich y un largo etcétera.

Grabadito de primera mano (...como si no se notara...)

Los cientos de miles de personas (¡¡era gratuito!!) que invadimos la avenida más ancha del mundo salimos más que satisfechos por la calidad del espectáculo, así como por lo emotivo de una despedida de un talento tan querido en Argentina.

Como les dije, por primera vez sentí que disfrutaba de un espectáculo de danza, lo que confirma que, lejos de haber conseguido depurar mi gusto por las artes escénicas, los eventos al aire libre, con olor a choripán y con sabor a cervezas, me estimulan especialmente.

Fue un show muy “a lo canario”.


Javi, El Gaucho Canario

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