sábado, 19 de mayo de 2007

La vuelta al cole

Yo siempre aseguré que, después de todos los años de estudio en Ingeniería (... y cuando digo “todos”, digo “veo las tuyas y subo 4”...), lo más difícil que leería iba a ser el horóscopo del diario (si bien tampoco es tan sencillo saber si yo, siendo Capricornio, me llevaré bien con esa chica, que resultó ser “Virgo, pero que, por culpa de su ascendente en Géminis tiene una personalidad que la hace más afín con aquellos que, además de haber nacido en una Luna Llena de Escorpio, tienen un BMW descapotable y chalet en la playa”...). Y de verdad que lo tenía bastante claro... ya habían sido demasiados años de mi vida entre libros, exámenes, (malas) notas, progresaadecuadamente, apuntes, puedoiralbañoseñorita,...

... así que lo que me encantaría entender es.... qué carajo hacía yo un sábado por la tarde reunido con unos compañeros para ir adelantando con el trabajo de la clase???

Y sí... falté a mi palabra!!! La semana pasada, como no tenía nada mejor que hacer, me anoté en un Máster: Maestría en Ingeniería de Dirección Industrial, que, si bien sólo con el nombre ya me dan ganas de comprarme un pantalón con tirantes, si lo llamo por sus siglas, soy carne de bolsa de desempleo. ¡¡¡MIDI!!! Cómo le pueden llamar MIDI!!! Es que nadie lo vio?? Qué poco glamour!!!! Si todo el mundo sabe que lo que está de moda ahora es el MP4: La Maestría Pilates!!!!


Cuando llegué a Argentina la opción de estudiar un posgrado no pasaba por mi cabeza (... y no sería por falta de hueco!), pero, una vez acá, el tema de obtener los papeles para mi residencia se estaba complicando más de lo deseado. Resulta que la empresa, para la que estoy por trabajar, funciona empleando a gente de forma autónoma, caso que Migraciones no contempla para la legalización. De esta forma surgió la idea de estudiar como la opción más racional, porque, además de solucionarme ese problema, me daba un título bastante reconocido (la Facultad de Ingeniería de la UBA tiene mucho prestigio)... y, sobre todo, me libraba de la última opción que me quedaba: ¡¡casarme!!

Claro que tampoco era tan horrible... la sola idea de ver a mi madre, emocionada, preparando el viaje para la boda de su benjamín, con la esperanza de ver cómo salvaba a una de sus dos ovejas descarriadas (sí, Luifer, tú no vas por mejor camino que yo...), me hacía plantearme si no estaba precipitándome con lo de inscribirme en el posgrado... Finalmente la decisión llegó gracias a la ingente cantidad de recomendaciones por parte de las féminas que conocía por acá, que entre sollozos, me suplicaban: “Javi, por favor, ponte a estudiar”.

Así es que me veo de vuelta en el mundillo del estudiante... Lo mejor de todo es que ya no soy el más viejo de la clase!! Lo peor, como siempre en esta rama de la educación, es la baja densidad de damas por metro cuadrado de axila velluda... pero lo más preocupante de todo es que somos poquitos para copiar!!!
Javi, El Gaucho Canario
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