sábado, 15 de marzo de 2008

No hay tonto sin suerte (y IV)

Por fin regresaba a mi habitación, mi ‘casa’ durante los últimos 10 días. Volvía a encontrarme con mis enfermeras favoritas, entre las cuales sorteaban cuál debía atenderme. La que perdía, me tenía que soportar.

Lo cierto es que una vez regresé ahí dejé de sentir los dolores de cabeza de antes y me encontraba mucho mejor, más allá de las lógicas molestias debidas a una incisión que me había dejado puntos como para que Las Palmas volviera a .

Ahí seguían mis hermosas humedades de la pared... esa ventana sin persiana, que cada mañana me hacía disfrutar de un espectacular amanecer... mis queridas chicas con sus pastillitas y sus jeringuillas para seguir practicando acupuntura con mis brazos... los chicos del Gran Tribunal con sus ‘amplias sonrisas Profidén’... ese limpiador que entraba todos los días en la habitación, repartiendo paz y armonía: ‘la concha de la lora... esto es una mierda... la madre que la...’, etc., etc...

Y, por supuesto, los chicos de la cocina, portando su exquisito menú de cada día. Esa tarde, como en todas las fechas especiales, el plato del día había sido elaborado, y lo digo con una vergonzosa vanidad, PENSANDO EN MÍ. Después de la difícil operación por la que pasé, no se les ocurrió otra cosa que servirme, en bandeja de plata, los restos de mi operación:


Foto: Cerebritos en su salsa

Después de ‘agradecer’ este gesto, me quedé mirando el plato y deseando que el postre no fuera una referencia a mi odisea con la sonda.

Ya mi estancia en el hospital llegaba a su fin, pero el aburrimiento se empeñaba en seguir siendo mi fiel compañero.

- Javi, también puedes caminar por el pasillo y hablar con la gente – me decía Silvina, mi querida psicóloga, tratándome de alentar.

El consejo no era malo del todo, si no llega a ser:

a) porque el pasillo medía únicamente unos 60 metros de longitud, por lo que al tercer paso que daba, ya tenía que empezar a frenar.
b) por el desafío que representaban las 4 personas que ‘vivían’ en mi planta a las Leyes de la Longevidad... Y eso sin mencionar que, lamentablemente, uno era sordo y otro estaba ya más cerca del arpa que de la guitarra.

Como Murphy también se da alguna vuelta, de vez en cuando, por este tipo de centros para afianzar sus ideas, a la única chica joven y simpática, Cynthia, la conocí el último día, mientras los dos esperábamos para que nos dejaran ‘en libertad’. Ella y su madre eran dos personajes encantadores, que se tomaban con muy buen humor su situación, desgraciadamente, bastante más grave que la mía. ¡Ya las voy a ir a molestar!

Finalmente el pasado miércoles 5 de Marzo abandonaba el Hospital, después de despedirme de un tipo vestido de negro, portando una guadaña, que anduvo todo este tiempo por ahí, y volvía a ver el Sol. Desde entonces mi vida es bastante normal. Incluso diría que está mejorando. Nunca me miraron tantas chicas por la calle como ahora. Fue entonces que Filippo, víctima de un ataque de celos, trataba de justificar este hecho:

- ¡Normal! Pareces Frankenstein con esa venda en la cabeza...

Lo peor de todo fue descubrir que la gente me cedía el asiento en la guagua y que, lo confieso, una niña me miró y se asustó... Y yo imaginando cómo será la cosa el día que me saquen el ‘gorrito’ y aparezcan además los puntos...

Foto: Bladimir, a la izquierda, y Dimas, a la derecha


AGRADECIMIENTOS

Por último sólo me queda agradecer a todo el personal del Hospital que me cuidó...
Los enfermeros: María, Marcela, Adela, Patricia, Maxi, Ariel, Zulma...

Los médicos: Silvina, Florencia, Federico, Gilda, Juan, Melina, Luis, Bladimir y, muy especialmente, Dimas, quién desde que me recibió en Urgencias me trató de forma espectacular, me contó cada cosa que me iba pasando con total claridad y hasta, en día de descanso, luchó para conseguirme cama y que pudieran operarme cuanto antes... ¡un tipazo!... Y Cecilia, que prácticamente ni me conoce, pero de la que se habló mucho... ¡Y curó mi vista para siempre! (lo siento, Luis, se va a casar...).


Sé que se me olvida gente, pero no es que no los quiera añadir, sino que no recuerdo todos sus nombres...


En cuanto a mis amigos, la mayoría no supo nada hasta que le conté la historia a mi familia, porque no quería que a mis padres “se les parara la papa”... Así que fueron pocos los que me pudieron ayudar durante este proceso, aunque desde que salí del Hospital me hicieron sentir muy cuidado...


A los pobres que sí tuvieron la “mala suerte” de ser informados y estuvieron más cerca y a los que me dejaron su sangre para la operación, les doy las gracias... de corazón... Ustedes saben quiénes son (*)...


Y la mención especial es para Karla y su familia, que una vez más se volvieron a portar como mis hermanos y mis padres a este lado del charco, y para Pedro, un tipazo al que conocí por trabajo, pero que, más allá de esa relación laboral, se creó una increíble relación amistosa. Él estuvo siempre pendiente de todo y mantuvo informado cada día a mi hermano Luifer, el único de mi casa que tuvo que sufrir conocer la noticia, sobre mi evolución. Pero de Pedro hablaré otro día, porque merece un capítulo aparte...


Así que para alegría de unos pocos (y desgracia de muchos otros), sigo en pie y me queda mucho por batallar... Y, quién lo iba a decir, todo gracias a mi falta de cerebro...


Pero eso sí... si bien no niego lo de tonto, si de tener suerte se trataba, ¿¡¡por qué carajo no caí sobre una almohada!!?


Javi, El Gaucho Canario
Comentarios a:
elgauchocanario@gmail.com

(*) Jeremías (el Gran Asesino... la que te va a caer cuando consiga las pruebas...), Maru, Andrea y Alejandra, Agus, Carlos, Nancy, Mati, Los Pablos, Maga, Romina, Fernando, Cynthia, Carla, Filippo (por el que preferí caerme que irme de viaje por Argentina), Luz (mi enfermera peruana), Luis, Gladys, María José, Ceci... ¿me olvido de alguno?

5 comentarios:

  1. Hello paisano!!!!

    Bueno, estaba echandole un vistazo a tu blog despues de tanto tiempo (es que ahora mismo estoy por Canarias...). Mi amiga (la que imitaba a Jose Velez) ya entró en tu blog (se lo dije yo jeje)... me comentó que había leido que eras hermano de Luifer... y bueno, yo te iba a decir que que casualidad, porque Luifer fue profesor mio de teatro hace un par de veranos en Guia... y ahora mirando algunas fotos que veo por tu blog, tienes un cierto parecido.... :D

    ¿Que tal por Argentina? ¿bien?.

    un abrazo fuerte desde Gran Canaria ;).

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  2. WAW... que odisea, me alegro de corazon que ya estes mejor. Te mando un beso grande!!
    Kari (sabes quien soy?)

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  3. Coño, la aparente falta de sensibilidad en el celebro (tu victoria)se te debió ir para el pulgar...porque menudo fue lo del padrastro!

    un abrazo blodel y menuda historia
    lindes

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  4. Bicho malo nunca muere!!! Me alegro que estés bien...Vente ya pa ca!!!! Que se te echa de menos coño!!!!

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  5. Javi, El Gaucho Canario18 de marzo de 2008, 20:52

    Muchas gracias a todos!!!

    Pero el último, quién carajo es?? Que es canarión, está más que claro, no?

    Besos a todos...

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